domingo, 10 de octubre de 2010

cuento número quince

Cuando él se me acercó, yo ya sabía que no me gustaba y que nunca iba a gustarme y de hecho pasaba mi pequeño luto por mi amor perdido Mike, que en ese momento a pesar de que habian pasado ya nueve meses, yo le seguía amando mucho y veía lejos el día en que pudiera olvidarlo.
Y llega este hombre y me pregunta que cómo puede hacer que una mujer olvide a otro hombre y francamente no se qué contestarle porque yo no he podido olvidar a Mike y si supiera ya me lo habría arrancado del corazón o de la piel. No lo se, pero no recuerdo que le había contestado. Al día siguiente contemplo con pánico que el hombre quería regalarme una paleta de chocolate. Soy yo ella?. Y ante mi incapacidad de decir que no, la cual siempre he tenido, me quedo callada y simplemente evado la situación sin gracia ni encanto. El hombre se enfurece y me dice que él solo ama a tu prima Raquel. Y me siento contenta porque pienso que en el fondo se la cree. Sin embargo en la clase de deportes siempre pasa gritando. "A nadie la gusta ser plato de segunda mesa" o algo así, en realidad ignoro a que se refiere pero ahora, como diez años después aparece guapo, varonil y super gay guardándome un extraño rencor que no distingo si es imaginario o que pero que le hace negarse a hablarme todavía como si tuviera el corazón roto o le hubiera agredido de alguna manera cuando unicamente estaba presintiendo que en realidad se era infiel a si mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario