Del desconcertante día en que pensaba que quería a un hombre, siendo
que en realidad estaba obsesionada con su peinado. O al menos eso es
lo que concluyo mirándolo a posteriori, porque después de unos meses
como le pasa a cualquier persona que se sobrepone al enamoramiento, el hombre perdió todo lo encantador y lo buena persona y se reveló como el enjendro caprichoso que era.
Posiblemente en mi interior haya habido algo aún más retorcido que eso porque ¿qué
peor cosa existe en este mundo que no solo ser un enjendro caprichoso
sino atarse a sí mismo a tener que tolerar a uno?, pues esa era yo,
retorcida y sadomasoquista.
Después de un tiempo creo que ya ni le quería o admiraba y tampoco
sentía las mariposas en el estómago cuando lo veía, pero se había
convertido en una costumbre tan vieja que era difícil dejar de
ejecutarla en el día a día, como tomar el cafe en las mañanas o el
bizcochito del medio día que tanto me hacía engordar, él era el vicio
que tanto deseaba erradicar.
Tú andabas de visita aquel verano, y habías traído la temporada final
de Dawson's Creek que yo no había visto, así que por aquellos días
estabamos obsesionadas con el personaje medio regordete, Pacie, y nos
gustaba pensarlo así, imaginario e ideal porque cuando veíamos a un
hombre que se le parecía un poco, nos emocionábamos como pequeñas
grupies quinceañeras y en cierto sentido era un momento que nos unía
mucho.
El tenía un sentido de posesión sobre mi, no me amaba estaba segura,
pero por alguna extraña razón sentía celos cuando alguien más sí lo
hacía y cuando parecía en mi corazón vislumbrarse la sombra de otro
hombre u otros hombres. Así que el día que estábamos en la fiesta de
Xalapa en la que por alguna extraña alineación astral todas las chicas
eran feísimas y así mismo apareció un tipo igualito al personaje de
Dawson's Creek, mi corazón de grupie gritaba emocionado que ése era mi
verdadero propósito en ese viaje perdido y doloroso, y que aún no era
tarde para poder divertirme. El hombre fue directito a mi y se sentó a
mi lado y resultó que estaba estudiando derecho, la verdad es que
nunca me habían gustado los abogados porque pensaba que era una
carrera muy aburrida, pero le gustaban los foo fighters y tenía la
futura fantasía de hacer una revista. Así que me subí a su coche y nos
fuimos de paseo porque quería mostrarme la parte más bonita de Xalapa,
yo iba un poco borracha y extremadamente feliz de sentirme libre,
regresamos a la fiesta y antes de bajarme del coche me dio un beso.
Fue entonces que extrañamente y en frente de la dichosa novia a él le
dio un arranque de irracionales celospara posteriormente encerrarse en
su coche. Así que la novia, que no sé cómo estaría explicándose eso a
su vez en su cabeza, me fue a buscar para regresar a la casa.
Ya en la noche mientras paseábamos al perrito y él no me hablaba, yo
intentaba explicarle de cómo había decidido seguir adelante con mi
vida como había hecho tan bien él, que yo le había querido mucho pero
que él ya estaba con otra persona. De toda la conversación lo único
que pudo grabársele fué que yo le quería, así que corriendo fue con la
novia diciéndole que yo le había dicho que le amaba pero que él no
quería estar conmigo sino con ella y me sentí terriblemente estúpida
de estar de pie en aquel territorio enemigo, buscando Pacies en
fiestas casuales e intentando encontrar un poco de júbilo en toda
aquella odisea dolorosa a la que yo misma me había sometido. No
conforme, al día siguiente se ofreció a cortarme el pelo, cosa que
usualmente hacía muy bien, sin embargo esa vez, el día que había
quedado de salir con el chico de la fiesta, decidió cortarlo mal y
sobra describir lo espantosa que me veía.
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