De mi amor por Alanis Morissette que no se si fue en ese entonces pero
que había un momento en mi vida, exactamente en quinto de primaria en
el que me gustaba encerrarme en mi cuarto y dibujar escuchando el
radio sobre todo los fines de semana.
Había una estación llamada Estereo Mundo y los sábados en la tarde
pasaban el Pepsi World Chart Show, donde ponían la música que en
teoría era la mejor de ese momento. Me gustaba comprar cassettes
vírgenes e ir grabando lo que me fuera gustando para luego antes de ir
a dormir poner mis buenas recopilaciones y tener sueños bonitos. Fue
en ese momento misterioso de la tarde que sonó el número cinco en el
conteo, la voz femenina más bonita y curiosa que hubiese escuchado
antes, cantando una canción que en cierto sentido me recordaba a Peter
Paul and Mary que era lo que me gustaba en ese entonces, la onda Peace
and Love y soltaba la singular combinación de frases "I'm broke but
I'm happy I'm poor but I'm kind I'm short but I'm healthy, yeah I'm
high but I'm grounded I'm lost but I'm hopeful baby I'm young and I'm
underpaid I'm tired but I'm working, yeah I care but I'm worthless I'm
here but I'm really gone I'm wrong and I'm sorry baby I'm green but
I'm wise I'm shy but I'm friendly baby I'm sad but I'm laughing I'm
brave but I'm chicken shit I'm sick but I'm pretty baby" Estas
acompañadas por el extraño sonido de una harmónica que en cierto
sentido en ese entonces estaba un poco pasado de moda. Así que me
quedé anonadada posteriormente al dramático final de la canción que
por supuesto fue registrada en el mix musical de esa semana. No sabía
quién era aquella mujer que era capaz de conmover y obsesionar de esa
manera a mi jóven corazón, pero al descubrir que era la misma que
cantaba la rabiosa canción de You ought to know que le gustaba tanto a
mi prima, simplemente me quedé eternamente enamorada de ella, desde
entonces lo supe.
Aparentemente el disco en el que aparecía Hand in my pocket fue el más
popular que llegó a hacer y aunque amaba la forma en la que
despotricaba contra la religión y contra los hombres los discos
posteriores que fue sacando me iban gustando más porque dejaba su ira
adolescente por ponderaciones más sutiles pero igualmente profundas,
tenía una capacidad extrañísima de hacer rimas con palabras inusuales.
Alanis Morissette, de repente se convirtió en una adulta frágil que
tras la experiencia y la vida guardaba cierto respeto al dolor (cosa
que antes no tenía) y se contagió de ese mal que a todos nos da a
cierta edad y que nos vuelve temerosos y silentes (por temor a después
mordernos la lengua). El último disco que sacó tenía un claro sabor
domésticoy en cierto sentido me dejó una sensación triste el entender
que mi amazona guerrera de los noventas, la reina rabiosa y gatuna del
pop rock finalmente escribía canciones sobre sensaciones muy caseras.
Y no era que eso me molestase en absoluto, porque finalmente siempre
había escrito sobre los sentimientos y las relaciones pero era talvez
un poco la certeza que su vida que también era su obra se había
convertido en ese lugar llano en el que todos deseamos meternos a
determinada edad, la realidad del confort.
Hace un par de meses, anunció que se casaba, para posteriormente decir
que esperaba un hijo. Me pregunto si alguna vez volverá a sacar otro
disco.
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