Sacó el gen desesivo para simplemente desdeñar el gen alfa. Le parecía que esa herencia que fluía por sus venas y que hacía que las niñitas del kinder la siguieran y obedecieran o que en general la gente le tuviera envidia, al mismo tiempo hacía de las mujeres que si lo tenían unas pequeñas egoistas, no quería ser como su mamá o su abuela que eran verdaderas generalas guerreras. Sentía un poco de compasión por su papá, el dulce hombre dominado y en cierto sentido se identificaba un poco más con su timidez, su ternura y su inteligencia más que con las ansias de dominación.
Lo que no sabía era que al sentirse identificada con este hombre, también arrastraría la misma debilidad.
Dice que era un tipo extraño, mamón y estirado, excéntrico en cierto sentido. Era curioso encontrarse a un hombre vestido con traje y paraguas en los setentas donde todos eran hippies. Tenía ojos bonitos, irónicamente era un hombre peludo pero se estaba quedando calvo, era callado.
Le gustó mucho alguna vez que en una conversación casual dijo un comentario interesante sobre las mujeres, le gustaban los hombres feministas.
Comenzaron a salir y luego se hicieron novios, él tenía un perrito dálmata que era muy agresivo y que alguna vez mordió a alguien, en su casa comían muy mal, aparentemente solo había sopes y gancitos, su casa era como la casa que debe administrar un niño.
Un día ella había querido cortarlo y salir con otras personas. El le dijo que no.
Después se casaron.
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